main image
feature image1 En el mundo laboral actual, cada vez más se puede vislumbrar el liderazgo femenino. El número de mujeres emprendedoras y en cargos de responsabilidad sigue creciendo día a día, pudiendo observarse el enorme potencial de la mujer en la gestión empresarial.
LA IMPORTANCIA DEL PRINCIPIO FEMENINO EN EL ÁMBITO ORGANIZACIONAL

En las organizaciones modernas se ha abierto un campo para el liderazgo y la gestión femenina. Quedó atrás la necesidad de adoptar un modelo masculino con el fin de romper con el estereotipo de las mujeres blandas y sensibles.  Este modelo, por ser ajeno a su naturaleza más profunda e ir en contra de su esencia, las volvía más duras y racionales que los mismos hombres.
Hoy en día lo que se busca son mujeres ejecutivas, capaces de desempeñar cargos de dirección y prácticas de gestión, logrando mantener sus cualidades y modalidad femenina intactas.
Es así que si bien no solo las mujeres pueden ejercer un liderazgo con estas características, es el género femenino quien ha logrado reconvertirse capitalizando su perfil maternal y protector de antaño y orientándolo como solida herramienta para su gestión.
La mujer ha ganado un espacio clave en el mundo laboral y las cualidades femeninas son cada vez más valoradas para un funcionamiento organizacional más integrador y eficiente.
Cualidades tales como la capacidad de comunicación, la percepción, la empatía, el trabajo en equipo y la búsqueda de consenso, se visualizan como competencias claves a la hora de analizar los requisitos para la selección y evaluación de talentos.  Estas características, tan importantes y difíciles de conseguir forman parte de la naturaleza del género femenino.

Las mujeres, con una naturalidad casi asombrosa,  muchas veces son capaces de:

  • Motivar con mayor eficacia, identificando intuitivamente el talento de los empleados.
  • Comunicar, conciliar y provocar empatía, interactuando con delicadeza y eficacia.
  • Reconocer y verbalizar sus emociones y las de los otros con facilidad.
  • Negociar utilizando herramientas de persuasión sutiles y efectivas.
  • Tener presente el lado humano de las organizaciones, generando buen clima laboral.
  • Usar la intuición en la detección, el análisis y la solución de problemas.
  • Liderar de un modo democrático y participativo.

El estilo femenino dentro del ámbito empresarial ha sido calificado de “socio expresivo”, porque cuida la relación personal con los empleados y fomenta un buen ambiente de trabajo.
Las mujeres que han enfrentado este desafío, han debido alejarse de esquemas tradicionales de funcionamiento, tanto en el ámbito familiar como en su entorno laboral, lo cual ha significado la reconfiguración de estos escenarios.

Una importante cualidad de las mujeres es que tienden a ser conciliadoras, siendo esta una característica positiva frente a situaciones de tensión. Los hombres valoran la amplitud de la mirada de la mujer respecto a las acciones y sus consecuencias, el sentido de responsabilidad y la forma en que equilibran las relaciones entre los que la componen.
Las mujeres en general, tienen la capacidad de atender varios asuntos a la vez, es decir se caracterizan por tener una mayor atención distribuida, siendo esta una competencia altamente requerida en las empresas modernas y dinámicas de hoy día.
Asimismo, las mujeres tienden a tener una mayor conciencia de los riesgos, lo cual las hace más prudentes a la hora de tomar decisiones importantes.
Jung utiliza los conceptos griegos de Logos (Lógica) y Eros (Amor) para ilustrar las características propias de dos principios universales como son el principio femenino y el principio masculino.  La conciencia de la mujer se caracteriza por una predominancia de Eros sobre Logos, y Eros se caracteriza por la ambigüedad, valora la intimidad y la subjetividad, y es receptivo y creativo.  El Logos se caracteriza por la directividad, encarna la palabra, la ley, el poder, el significado y la objetividad.  Ambos principios son necesarios en el ámbito empresarial. 
Asimismo, la forma femenina de enfrentar los problemas es diferente a la forma masculina.  Estas diferencias tienen su origen en la dimensión biológica y psicológica y se revela en una manera distintiva de pensar, razonar y elaborar una situación.  Es esta diferencia la que queremos ponderar aquí, ya que se trata de dos principios universales fundamentales para el buen funcionamiento organizacional que afortunadamente están encontrando una forma creativa de coexistir y alimentarse mutuamente.
Para concluir, queremos destacar la importancia de la complementariedad y la integración de los opuestos, es decir, de los atributos masculinos y femeninos en las organizaciones, pudiendo así, lograr la mayor eficiencia, aprovechando las ventajas y riquezas que proporcionan la diversidad de los equipos. 

Hasta la próxima!
                                    Lic. Soledad Inciarte

 
espacio_entrust
 
 
  Oficina Montevideo: Dr. A. Schroeder 6530 - 11500 - T: +598 2606 0917 - 2606 0398
Oficina Zonamerica: Ruta 8 Km 17.500 - Edificio 100, local 135. Oficina 102 - T: +598 2508 2110
Email: info@entrust.com.uy